Wednesday, November 16, 2005

Mirar, mirar

Mirar a los ojos de quienes me son desconocidos. Es una afición secreta, íntima, pero tan dentro de mí que apenas podría aparatarla de mi identidad más propia, como la textura de mis fluidos o el olor de mi pelo. A menudo me siento en un Café y observo; me gusta robar sin botín el alma de los demás, indagar en sus miedos y en sus pasiones. A veces la mirada se vuelve ofensiva, pues ciertos momentos me siento con el hambre voraz del ladrón de voluntades, y entonces miro con la intención de vampirizar a la zorra coqueta, al cabrón extorsionador, a la mojigata ninfómana, al bohemio embustero, a la religiosa pagana, al chulo cobarde, a la intelectual intransigente... soy capaz de hacer distinciones en los matices de las pupilas: creedme si os digo que en los ojos ajenos sólo veo vicio, amor, silencio, dolor contenido y miedo, tanto miedo como para llenar un cielo y un infierno. Somos carne de un alma atormentada, o quiza afortunados hijos de un limbo sin fondo.

1 Comments:

Blogger Mar Ruiz said...

Gracias existenciales, porque existen más allá de las mágicas palabras con que nos envolvemos. Tienes razón, cuánto nos parecemos; los mismos acordes en diferentes octavas.
Es muy agradable leerte.

3:59 PM  

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