Monday, November 06, 2006

Tus pies.

Para tí, mi niña

Me gusta oirte respirar cuando dormimos. Caes en un sueño profundo y yo, secretamente, espío tus rasgos negros, tu boca perfilada, la arqueada silueta de tus pestañas raciales. Palpo tu vientre, coloco mis manos sobre tu pierna y me adapto a la silueta de tu sueño. Duermo acompasado a tu respiración. Repaso, hora tras hora, los acontecimientos que configuran nuestra historia personal. Hago un recuento de los besos, de las miradas; reconstruyo las risas y percibo los silencios; siento los abrazos revividos y revivo una y mil veces la densa felicidad de las cosas cotidianas como un Dios al que adorar. El día a tu lado, concentrado en ese instante de respiración contenida mientras duermes, se me antoja un mundo terminado. Mañana, cuando tus pies rocen los míos en un íntimo y secreto roce de amor, comenzará un nuevo edén, un paraíso renacido, aunque no hablemos, aunque estemos tristes, aunque veamos el mundo con una mezcla de hostilidad reverberada. Ahora que estoy lejos tengo los pies muertos. Una especie de frío me gangrena el alma: será que sin tí el calor me falta. Me falta.

2 Comments:

Blogger Ali said...

Touché.
Me ha llegado...
Precioso, desde luego.

3:04 PM  
Blogger Cati said...

Es precioso lo que escribes, debe ser aun mas...sentirlo.

1:33 AM  

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