Sunday, May 28, 2006

Partir

Me desperté y observé mi cuerpo dormido. Mi pecho se movía bajo una suave flexión. Las manos se hallaban crispadas sobre la sábana. La luz filtrada repartía haces de luz y franjas de sombra. Entonces ví mis sonrisas, mis frases hechas para impresionar a los neófitos; ví las mentiras, las falsedades y el silencio de mí mismo allí mismo, ante un cuerpo sumergido en el sueño. Un cortejo de rostros poblaron la habitación. Allí estaban los amores, los amigos, los que pasaron por mi vida con la más despreciable trayectoria. Sobre mis miembros, y sobre mi torso desnudo, estaban los tactos dejados, los besos agónicos, los rechazos y los achaques. Me separé de él definitivamente, y me fui a vivir otra vida, abandonándole como quien abandona un recién nacido fruto de sus propias entrañas.

2 Comments:

Blogger Ali said...

Precioso, un relato precioso. Me ha encantado, breve pero expresivo.

1:36 PM  
Blogger Mar Ruiz said...

Así es, te ves y oyes como lloran a tu alrededor, les gritas que estás bien, que no vistan de negro y que no llamen a nadie más para ver tu carne seca. Imploras mas no te oyen, como en esos sueños donde quieres correr y no avanzas, donde quieres gritar y tu boca no se abre, estás ahí en la misma habitación pero nadie te ve, ni escucha tus súplicas. Eres feliz, te invade una paz maravillosa y ellos se empeñan en la tristeza. Ahora sólo necesitas tres días, tres días para que el alma termine de desprenderse y se evapore hacia el éter , ahora tu antiguo navío ya puede ser quemado.
Relatos desde el otro lado.

Fántastico Manu

12:52 PM  

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