Sunday, July 09, 2006

Valentina Dolgova (I)

Valentina habia perdido a sus padres en el desastre nuclear de Chernóbil. El ejército tuvo suficiente tiempo para desalojar las guarderías estatales de toda la zona siniestrada. Entre ellos se encontrada Valentina Dolgova, que aquella mañana se habia despedido de su madre con un beso cotidiano. Fue la última vez, pues la onda expansiva invisible había fulminado a los habitantes cercanos, sorpendiéndoles en alguna actividad cotidiana. Cientos de niños fueron confinados en aviones de transporte del ejército y llevados a las estepas centrales del Asia subártica, donde el frío y los miasmas polares mitigaron poco a poco los efectos devastadores que, de vez en cuando, se tomaban la frágil vida de algún niño. Valentina vivó la desolación como una especie de sueño hipnótico, pues, acostumbrada a las rigideces y la disciplina de una vida extricta, de pronto podía correr por las estepas con libertad, jugar sin horarios y disfrutar de excursiones, teatros con guiñoles y una instrucción relajada. Se sentía arropada y cálida, pero el paso del primer año de cautividad forzosa dió pie a una honda melancolía que empezó a embargarle. Fue una noche, en la que soñó claramente con los brazos de su madre reteniéndola en el pecho, cantando una canción que llevaba nombre de alguna bailarina que daba vueltas y vueltas; entonces comprendió que había sido dulcemente engañada y empezó a hacer preguntas, preguntas que nunca fueron respondidas sino por evasivas.

- ¿Dónde está mi madre?

-Allá lejos, en un viaje sin retorno, -fue la respuesta de la niñera estatal de rasgos asiáticos.

1 Comments:

Blogger Real Academia Internacional de los Blogs said...

Estas historias son reales o inventadas?
Jesús Valdivieso

Para los que votan

12:52 PM  

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