Sunday, January 21, 2007

El desierto

Si me hubieras querido hoy, me habría levantado abrazado a tí. Hubiéramos preparado un café intenso. Acaso ansiosamente tocados por la furia de un placer efímero estoy seguro de que habríamos fumado algún cigarro furtivo. Estarías tomando un baño, yo aprovecharía para comprar el periódico; el día estaría desplegando un luminoso cortinaje de luz, te habría cogido de la mano para pasear. Alguna cerveza, quizá planes para la tarde ¿comer fuera? ¿tomar el café en la terraza? Quizá, probablemente, habríamos optado por apoltronarnos en la cómoda estancia del salón, donde cuelgan tus flores y tus lienzos. Y allí, viendo pasar las horas, la intensa monotonía del amor complaciente nos habría invadido estúpida y dulcemente.

Pero no estás aquí, junto a mí. En esta amarga mañana de un día cualquiera, mis sueños suben al techo y como las pompas de aire, estallan en nada. Es una nadería inmensa, como un desierto cuyo horizonte permanece fiel al yermo paisaje infinito

1 Comments:

Blogger Ali said...

Qué tristeza.
Si ella no te quiere es estúpida por dejar que te duela tanto.
Aun así, es precioso.

2:53 PM  

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